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viernes, 5 de febrero de 2010

Analizando la conciencia en pacientes en estado vegetativo.

Hace un par de años tuve la oportunidad de platicar con Adrian Owen, investigador de la Universidad de Cambridge, sobre un estudio en el que evaluaba si pacientes que aparentemente se encontraban en estado vegetativo mantenían la suficiente capacidad cognitiva para comprender lo que se les decía aunque ellos no pudieran manifestar ningún tipo de respuesta. Es decir, si un paciente que aparentemente estaba en estado vegetativo y que se pensaba que no podía entender lo que pasaba en su entorno, en realidad lo que no podía hacer era responder de ninguna manera, aunque pudiera seguir pensando y escuchando lo que se le decía. Estar en esta condición sería una verdadera pesadilla, tanto para la familia que va perdiendo la esperanza de que el paciente entienda y aprecie lo que se le dice, como para el mismo paciente que se encuentra atrapado en un cuerpo sin capacidad de comunicarse.


De acuerdo a la definición de Owen en su artículo de Science del 2006, el estado vegetativo se refiere a un desorden en el cual los pacientes emergen del coma y parecen estar despiertos, pero no muestran ningún signo de estar conscientes (aware en Inglés). En ese primer estudio del 2006 su grupo de investigadores utilizó una técnica de imagenología cerebral para determinar si pacientes en estado vegetativo podían o no contestar preguntas muy sencillas.

En ese primer estudio investigaron a una joven que después de sufrir un accidente automovilístico quedó en estado vegetativo. Primero, utilizando la técnica de resonancia magnética funcional, descubrieron que el cerebro de la joven tenía un patrón de respuesta cerebral normal cuando se le decían frases con contenidos específicos. Alentados por estos resultados que sugerían un procesamiento relativamente normal a contenidos auditivos, decidieron hacer un segundo estudio que causó muchísimo revuelo no solo en la comunidad científica sino en la sociedad en general.

Aprovechando que los investigadores observaron un patrón de actividad cerebral normal cuando se le hablaba a la paciente, le pidieron que una vez que estuviera dentro del resonador magnético imaginara que estaba jugando tenis, o bien que imaginara que estaba caminando por todos los cuartos de su casa. Una vez más los investigadores observaron patrones normales de activación cerebral en la joven. Es decir cuando le pedían que se imaginara en una partida de tenis observaron activación de la corteza motora suplementaria, mientras que cuando le pedían imaginara el recorrido en su casa observaban una clara activación del giro parahipocampal, la corteza parietal posterior y la corteza premotora primaria. Esto sugirió claramente que la chica podía entender lo que se le pedía y aun más, que podía responder a las peticiones a través de su actividad cerebral, aunque no pudiera mover nada de su cuerpo.




Pues basados en estos hallazgos, Owen, junto con otros investigadores de Inglaterra y Bélgica, continuaron estudiando a mas pacientes en estado vegetativo, publicando recientemente sus resultados en el New England Journal of Medicine (Febrero 2010). Ellos reportan que de 54 pacientes estudiados, encontraron 5 que pudieron modular su actividad cerebral. Es decir que podían responder pensando en la partida de tenis o en su casa dependiendo de la instrucción del investigador. Sin embargo, lo que es aún más sorprendente en este estudio, es que en uno de dichos sujetos se logró un simple sistema de comunicación con el paciente al solicitarle que a una pregunta dada respondiera pensando en la partida de tenis si la respuesta era afirmativa, y si la respuesta era negativa, entonces pensara en el recorrido de su casa. Por ejemplo en respuesta a la pregunta de si su padre se llamaba Alejandro, el paciente respondió afirmativamente de forma correcta (es decir se activaron las zonas cerebrales relacionadas al procesamiento de información de la partida de tenis), mientras que a la pregunta de si su padre se llamaba Tomás, respondió negativamente, también de forma correcta, encontrándose activación en la zona relacionada al procesamiento de lugares espaciales.


Estos hallazgos me parecen realmente espectaculares y se pueden analizar desde varias perspectivas. Desde el punto de vista clínico y social representan un método novedoso para evaluar el grado de conciencia de los pacientes. Claro que tiene sus bemoles, porque es una técnica cara y poco accesible (en México solo tenemos un puñado de lugares donde se podría implementar), pero los investigadores comentan que están buscando una aproximación experimental similar usando el electroencefalograma en lugar de la resonancia magnética.

Por otro lado, queda claro que el análisis de datos obtenidos con la resonancia magnética funcional se esta convirtiendo en una herramienta muy poderosa para estudios tanto básicos como clínicos que tienen un alto impacto social y familiar. En un blog futuro hablaré de otra utilidad fascinante de esta técnica que rápidamente se convirtió en una pieza fundamental para los estudiosos de las neurociencias cognoscitivas.

1 comentario:

  1. Orale! super interesante. Es realmente triste para los familiares no saber si un ser tan querido está consciente, te escucha y te siente. Ojalá los resultados de estas investigaciones pudierna tener un efecto positivo al alcance de los mortales jeje...

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