Powered By Blogger

domingo, 27 de junio de 2010

Ni rezándole a Dios.




Ahora que andamos en pleno mundial es curioso ver como cada fanaticada le pide a su dios que gane su equipo. Esta observación es interesante porque a lo largo de la historia el ser humano se ha creado diferentes religiones, lo que nos habla de que podría existir algo que incita al ser humano a desarrollar estas creencias. Como este es un blog de ciencia, pues en vez de preguntarme si uno o varios seres divinos se nos han manifestado a lo largo de la humanidad, mejor voy a discutir un artículo de IIkka Pyysiäinen y Marc Hauser de las Universidades de Helsinki y Harvard respectivamente, donde revisan si las religiones son el producto de una adaptación evolutiva o un subproducto. En esta revisión que apareció en el Trends in Cognitive Science de Febrero de este año, los autores tratan sobre las dos grandes corrientes que intentan explicar el origen de la religión. Una de las propuestas dice que la religión surge como una adaptación para la cooperación, mientras que la otra postula que la religión es un subproducto de funciones cognoscitivas que nada tienen que ver con la religión.


¿La religión es una adaptación evolutiva?

La propuesta de que la religión y las creencias en dioses surgen como una adaptación evolutiva sostiene que estas creencias facilitan la cooperación intragrupal. Una idea sería que la religión como una adaptación evolutiva sirve para demostrar que los individuos están comprometidos con el grupo. Por ejemplo, si uno que se dice parte del grupo no paga el diezmo, o no asiste a los actos religiosos, o rompe las reglas que impone esa religión, pues es más fácil identificarlo por la comunidad como alguien que en realidad no pertenece al grupo. También se ha planteado que la religión fomenta la cooperación a través de la creencia en dioses omnipresentes. Así se fomentaría el sentimiento de que el dios está observando a cada miembro todo el tiempo de tal manera que si hace algo bueno por la comunidad entonces lo recompensaría, pero si hace algo malo – aunque ninguna persona lo esté viendo- entonces lo castigaría. Esto bajaría los costos a la sociedad de tener que estar vigilando a todos sus miembros todo el tiempo, y le permitiría aplicar ese esfuerzo a tareas más productivas.

La propuesta de la religión como un subproducto

Los autores proponen que se necesitan dos pasos para explicar la religión como un subproducto. El primero sería que no se puede definir precisamente que es una creencia o un acto religioso, por lo que se niega que la “religión” surgiera como un todo en un momento determinado. El segundo sería que el concepto de dios está basado en extender a agentes incorpóreos la capacidad de atribuir creencias y deseos a agentes corpóreos. Es decir, los seres humanos tenemos la capacidad cognoscitiva de adjudicar intenciones a otros individuos, lo cual nos permite elucubrar sobre lo que podría estar pensando otra persona. Bueno pues algunos investigadores piensan que cuando esta capacidad es aplicada a personas ya muertas, a personajes ficticios, o a agentes supernaturales, entonces creamos esos aspectos religiosos de dioses, santos, demonios, etc… Básicamente postulan que una capacidad cognoscitiva que sirve para entender y poder socializar con nuestros congéneres, tuvo un efecto secundario – o un subproducto- que fue lo que dio origen en buena medida a las experiencias religiosas.

¿ok, y el futbol de nuevo?

La revisión de los autores profundiza aún más en los aspectos relacionados a la capacidad de tener una moralidad sin necesidad de profesar una religión, lo cual me regresa al asunto del futbol. Es moral que la FIFA valga el primero gol argentino que claramente estuvo en fuera de lugar… no sé, depende a cual culto futbolero pertenezcas, al que le benefició la falta o al que lo perjudicó.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario