Con frecuencia he
escuchado en pláticas de café a gente que suele repetir la leyenda urbana de
que solamente utilizamos el 10 por ciento de nuestro cerebro, siendo mi
reflexión que tal vez sean ellos los que estén utilizando ese porcentaje.
En general los demás solemos utilizar todo nuestro cerebro (aunque algunas veces no lo parezca...). Claro que con la
reciente noticia de una paciente que ha vivido casi normalmente sin su
cerebelo, esa leyenda urbana se va a perpetuar.
Digo esto porque hay que recordar que el cerebelo contiene prácticamente
la mitad de todas las neuronas de nuestro cerebro. Esto quiere decir que esta
paciente ha logrado andar por la vida cuasi-normal por 24 años, y ella sí
utilizando únicamente la mitad de un cerebro normal.
Pero, tal vez
valdría la pena espabilar un poco y ver con más detalle la noticia. Bueno,
y ni siquiera la noticia, sino que como
buen científico, habrá que leer el artículo original recién publicado en la
prestigiosa revista Brain en el mes de agosto de este año. El artículo en
cuestión se titula “A new case of complete primary cerebelar agenesis: clinical
and imaging findings in a living patient”, y ha sido elaborado por Feng Yu,
Qing-jun Jiang, Xi-yan Sun y Rong-wei Zhang, de los Departamentos de Neurocirugía
y Radiología del Hospital General del comando militar de Jinan en la provincia
de Shandong, en China.
¿Cuál fue el hallazgo?
En este artículo
se reporta el caso extraordinario de una paciente que llegó quejándose de
mareos, nausea y vómito en el último mes, además de la incapacidad de caminar
de forma estable por más de 20 años. Se
reporta que logró comenzar a caminar sin necesidad de asistencia hasta los
siete años de edad y a la fecha de publicación su comprensión y expresión del
lenguaje estaban aparentemente intactas, pero si mostraba disartria (alteración
en la articulación de las palabras) y dismetría (pobre ejecución de los movimientos en el
tiempo o en el espacio que se manifiestan como movimientos con excesiva
brusquedad, rapidez o amplitud). El hallazgo más sorprendente es que la
paciente nunca desarrolló el cerebelo durante la gestación. Cabe mencionar que
desde que se tiene registro, solamente ha habido nueve casos reportados de
sujetos vivos con agenesia del cerebelo.
El caso es
sorprendente a la luz de las consecuencias devastadoras que tienen las lesiones
cerebelosas, ya sea debido a tumoraciones, traumatismos, o incluso a factores
genéticos, como el caso de las ataxias espinocerebelosas de tipo hereditario. Es
por esto que este caso se manifiesta como un claro ejemplo de la plasticidad
cerebral especialmente durante el desarrollo. Es decir, aparentemente el
sistema nervioso de esta persona logró implementar algunas de las funciones
cerebelosas en otras regiones del cerebro. Cabe notar que esto ocurrió
posiblemente a costa de otras funciones no esenciales para la supervivencia,
ya que la paciente muestra lo que los autores llamaron “mild intelectual impairment”, y que a
falta de datos en el artículo podríamos interpretar como bajas capacidades
intelectuales.
En fin, este es
un caso sorprendente que no nos debe de llevar a conclusiones equivocadas. Por
ejemplo si un adulto tiene una lesión cerebelar, esto va a tener consecuencias que
corresponderán al grado y ubicación de la lesión. De igual manera, esto no nos
debe de sugerir que solamente usamos un porcentaje de nuestro cerebro. Como
siempre les digo a mis estudiantes, el cerebro es como un archivero que vamos
llenando. Lo podemos llenar aventando todos los papeles a las gavetas, o lo
podemos llenar de forma ordenada. La diferencia es que estando los dos
archiveros con el mismo número de papeles, ¿en cuál vamos a poder encontrar la
información más eficientemente?
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