Alguna vez escuché a un maestro decirle a un compañero que era un cabezón que no entendía nada. Aunque ese maestro tenía poco de maestro, en realidad el punto que quiero analizar en este blog es el de la expresión de “Cabezón”. Como neurocientífico uno podría pensar que eso de ser cabezón sería más bien un alago, ya que implicaría que posiblemente esa cabezota pudiera contener un cerebrote. ¿Pero el tener un cerebro más voluminoso implica tener una mayor capacidad mental? Pues no necesariamente, pero recientemente en la revista Cerebral Cortex se publicó el artículo titulado: “Striatal volume predicts level of video game skill acquisition” que sugiere que tal vez tener regiones específicas del cerebro más grande si pudieran redituar en mayores capacidades. Kirk Erickson de la Universidad de Pittsburgh junto con otros colegas del MIT, exploraron si la variabilidad en la adquisición y mejoría inicial en el desempeño en la ejecución de un videojuego, diseñado especialmente para este experimento, se pudiera predecir a partir de los volúmenes de dos estructuras cerebrales implicadas en el aprendizaje y la memoria, como son el estriado y el hipocampo.
El experimento
Para averiguar la respuesta midieron los volúmenes del hipocampo y de las partes dorsal y ventral del estriado utilizando un sistema automatizado de segmentación cerebral a partir de imágenes de alta resolución obtenidas con resonancia magnética. Esta medición la hicieron antes de que los 42 voluntarios que participaron iniciaran el entrenamiento con el videojuego.
Los investigadores encontraron que a partir del volumen del hipocampo no se podía predecir la mejoría en el aprendizaje. En contraste, el volumen tanto de la región dorsal, como de la región ventral del estriado si permitía predecir la mejoría en el desempeño al principio del entrenamiento, aunque finalmente solo el volumen del estriado dorsal permitía predecir la mejoría global en el desempeño.
¿Sirve de algo la cabezota?
Los resultados sugieren que aquellos sujetos que tienen un estriado ventral (nucleo acumbens) más grande pudieran tener una mayor motivación para jugar y superar sus puntuaciones, ya que se sabe que el núcleo acumbens forma parte de los sistemas cerebrales involucrados en el procesamiento de recompensas. Sin embargo el tamaño del núcleo acumbens no correlaciona con el desempeño global, ya que no necesariamente está involucrado con el aprendizaje en sí, como lo estarían las estructuras que componen al estriado dorsal, que son el núcleo caudado y el putamen, las cuales si están involucradas directamente con el aprendizaje procedural y la flexibilidad cognoscitiva.
Bueno, al parecer estos resultados pudieran explicar en parte porque hay algunos sujetos que tienen mayor facilidad para aprender tareas motoras, mientras que otros nomas no podemos terminar el mentado videojuego por más que tratemos. Esto sugiere que no es que nosotros seamos más torpes, más bien es que ELLOS son en realidad más cabezones!
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