Un amigo mío decía que la gente se puede clasificar en dos grupos. El grupo del que ve las cosas de forma negativa, y el que las ve de forma positiva. Recuerdo un viejo anuncio de televisión donde se preguntaba si uno veía el vaso medio lleno o medio vacío, y nunca faltaba alguien que decía que estaba medio vacío.
Bueno, pues recientemente se publicó en el mes de agosto de este año un estudio en PLOS Biology que aunque no responde a la pregunta del porque se piensa de forma positiva o de forma negativa, por lo menos describe diferencias significativas en la forma en que los cerebros de ambos grupos de individuos parecen procesar la información. El artículo en cuestión, publicado por Iyer, Lindner, Kagan y Andersen de Caltech en Estados Unidos, se titula “Motor preparatory activity in posterior parietal corte xis modulated by subjective absolute value”.
Cómo investigar el optimismo.
En este artículo los autores investigaron como es que las consecuencias monetarias de una acción influyen sobre las representaciones neuronales de la preparación del acto motor. Para esto estudiaron a 17 sujetos utilizando resonancia magnética funcional mientras realizaban una tarea espacial visomotora muy complicada. En la tarea, al principio de cada ensayo se les indicaba cuanto podían ganar o perder si completaban la tarea de forma correcta o incorrecta. Por ejemplo, en un ensayo determinado podrían ganar 5 dólares si lo hacían bien, pero perder 1 dólar si lo hacían mal; o al revés, perder 5 dólares si lo hacían mal o ganar 1 dólar si lo hacían bien. Encontraron que la actividad en estructuras relacionadas a la recompensa, como el estriado y la corteza orbitofrontal, reflejaban el valor esperado en ese contexto. Este resultado no tiene nada de novedoso, ya que se ha encontrado en infinidad de estudios que han caracterizado precisamente a las estructuras involucradas en la obtención de recompensas. Lo interesante viene en la segunda parte del estudio que me recuerda un poco a como uno se siente después de salir de un difícil examen de matemáticas.
Antes de recibir el dinero que habían acumulado se les pidió que llenaran un cuestionario. Allí se les preguntaban sus percepciones sobre su desempeño en la tarea. Los investigadores encontraron que esas percepciones no correlacionaban con el desempeño actual de los individuos, ya que aunque algunos individuos si describieron correctamente su desempeño, algunos otros que pensaban que les había ido bien, en realidad no lo estuvieron, mientras que otros que pensaban que les había ido mal, en realidad si les fue bien. Bueno pues los investigadores encontraron que el patrón de actividad de una corteza, que se llama “corteza parietal posterior” (o PPC por sus siglas en inglés), correlacionaba con que tan bien pensaban los individuos que les habían ido en la tarea. Es decir, su percepción subjetiva sobre su desempeño, así como en la expectativa de lo que iban a ganar o perder a partir de sus éxitos o fallos.
¿Y esos datos que quieren decir?
Según Richard A. Andersen, el que tan intensamente trabaja el cerebro de un individuo en la tarea depende de la aproximación del sujeto. Por ejemplo, si un sujeto es optimista y cree que lo está haciendo bien, entonces pondrá más esfuerzo y se incrementará su actividad en PPC cuando esperan una mayor recompensa por hacerlo bien; sin embargo aquellos individuos que son pesimistas muestran una mayor actividad cuando existe un mayor castigo por fallar. Los pesimistas hacen más esfuerzo en evadir las pérdidas que en lograr las ganancias. Los autores sugieren que el proceso de planeación y acción está influenciado por nuestra idea subjetiva –y muchas veces errónea- de que tan bien lo estamos haciendo, y de que tanto tenemos por ganar o perder.
Es decir, la gente que ve el vaso medio lleno pondrá a trabajar más intensamente a su corteza parietal posterior para lograr terminar exitosamente una meta mas, mientras que aquellos que lo ven medio vacío, pondrán a trabajar a su corteza parietal posterior más intensamente para no echar a perder la meta, y evitar un fracaso mas. En realidad no se qué aproximación sea la más exitosa o eficiente, pero lo que si me queda claro es cuál de las dos aproximaciones utiliza la gente que según yo se vez mas entusiasmada y feliz.
Y tú, ¿vez el vaso medio lleno o medio vacío?
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