Una de mis peliculas favoritas es Blade Runner. Desde la primera vez que la vi me apasionó la idea de la implantación de memorias. Este tema ha sido recurrente en varias películas, desde Total Recall, hasta Inception. Ahora que, para implantar memorias uno tendría primero que averiguar como es que esas memorias son almacenadas en el cerebro.
Bueno, pues cabe decir que la ciencia ha avanzado bastante en el entendimiento de como guarda el cerebro la información. De hecho, uno de los pasos mas importantes que se están dando actualmente es sobre como descifrar la información almacenada en el cerebro. Justamente me acabo de encontrar un video bien interesante sobre esta nueva técnica que apenas está en sus inicios.
Aqui lo dejo para que lo disfrutemos!
El arte de leer la mente
miércoles, 23 de octubre de 2013
lunes, 29 de julio de 2013
Dime quién te agrada y te diré qué te gusta, o de cómo nuestras preferencias varían por la opinión de los otros
En el último seminario del laboratorio revisamos un artículo bien interesante sobre como la experiencia va formando nuestras preferencias. Entonces decidí invitar a Azalea Reyes Aguilar, estudiante del Doctorado, a escribir la siguiente pieza que amablemente nos comparte:
Imaginemos las siguientes situaciones. Vas de
compras con tu mejor amigo a quien quieres mucho y te
parece muy agradable y que además estudia diseño. En eso ven una playera azul que a ti te parece horrible, pero el te recomienda comprarla porque es lo que está de moda y te
explica que el diseño es de alta calidad.
En otra tienda, ves una playera de color negro que te
gusta mucho, piensas comprarla, pero en esa misma tienda te encuentras con un
conocido de la escuela que te molesta siempre porque suele burlarse de ti y una
vez agredió a tu mejor amiga. Y este conocido, quien tanto te molesta, compra
exactamente la misma playera que tú querías comprar.
La cuestión es, ¿tu actitud hacia esas playeras, o
hacia tu amigo o hacia el tipo molesto, cambiarán
después de esas experiencias?
Para investigar cómo nuestras preferencias son
influenciadas por los otros, la teoría del balance cognitivo explica que el
balance depende de una relación tríadica;
1. tú actitud hacia la otra persona
2. tú actitud hacia un objeto
3. la actitud de la otra persona hacia el mismo objeto
El balance cognitivo requiere que las tres
relaciones sean positivas (i.e. que tu actitud hacia la otra persona y hacia el
objeto sean de agrado y la actitud de la otra persona a objeto también sea de
agrado) o dos negativas y una positiva (i.e. que tu actitud hacia la otra
persona y hacia el objeto sean negativas y la actitud de la otra persona al
objeto, sea positiva, o bien, que tu actitud hacia la otra persona sea positiva
y la actitud tuya y de la otra persona hacia el objeto sean negativas).
Cualquier otro caso provocará desbalance cognitivo.
En un estudio de Izuma y Adolphs publicado en mayo
(2013) en la revista Neuron, los autores registraron la actividad neuronal con
resonancia magnética funcional de 18 estudiantes universitarios voluntarios mientras
evaluaban que tanto les agradaban unas playeras y que tanto les agradaban esas mismas
playeras tanto a otro grupo de estudiantes universitarios, como a un grupo de criminales
sexuales que estaban en la cárcel. Finalmente, después de observar como esos
dos grupos evaluaban las playeras, los investigadores pidieron a los
voluntarios realizar una segunda evaluación de las mismas playeras.
En este experimento se consideró que había un desbalance
cognitivo cuando los gustos de los voluntarios eran diferentes a los de los
otros estudiantes o iguales a los de los criminales. De acuerdo a la teoría
normalmente tendemos a reducir dicho desbalance.
Bueno, pues en efecto los investigadores encontraron
que después de ver los videos de los otros universitarios y los delincuentes, los
participantes ajustaban su evaluación de acuerdo a las preferencias de los
estudiantes y de los criminales.
Para las playeras que inicialmente les habían
gustado, si no les gustaban a los otros estudiantes, o bien si les habían
gustado a los criminales, entonces ahora los voluntarios reducían sus
preferencias por estas playeras.
Por otro lado, para las playeras que no les habían gustado originalmente, si los otros estudiantes decían que sí les
habían gustado mucho, o bien, si los criminales decían que no les habían
gustado, entonces los participantes aumentaban su agrado hacia esas playeras en
la segunda evaluación.
En otras palabras, en ambos casos los participantes
ajustaban sus preferencias para que fueran similares a las de los otros
estudiantes y diferentes a las de los criminales. En situaciones de desbalance
cognitivo aumentaba la motivación para realizar cambios en la preferencias, de
hecho el grado de desbalance predice la preferencia al cambio, es decir, entre
más alejada sea nuestra preferencia de la preferencia de nuestro amigos y entre
más cercana este nuestra preferencia de la de los criminales, más es el desbalance
cognitivo y mayor la motivación para modificar la preferencia en la siguiente
evaluación para parecernos más a la gente que nos agrada y distinguirnos de la
gente que nos desagrada.
Incluso estos ajustes persisten hasta (4) meses
después, pues los participantes mantienen sus preferencias con los ajustes que
restablecen el balance cognitivo, a pesar de que no recordaban explícitamente
las preferencia de los estudiantes y de los criminales.
Cuáles son los
mecanismos neuronales asociados a los cambios de preferencia de acuerdo a la
opinión de los demás?
Bueno, pues
los investigadores no solo mapearon los cambios del balance cognitivo, sino que
además mapearon las zonas cerebrales y posibles procesos involucrados en esta
tarea.
La corteza prefrontal dorsomedial se activa de
acuerdo a la relación tríadica entre el participante (1ra persona), el otro
(3ra persona) y el objeto, lo que indica que esta estructura neuronal es un correlato
neurobiológico del desbalance cognitivo. La corteza prefrontal codifica la
diferencia entre nuestras propias preferencias y la preferencias de los demás,
pero esto también depende de nuestra actitud hacia los demás, si de este
análisis resulta un desbalance cognitivo se sigue una motivación a ajustar
nuestra preferencia y restaurar el balance cognitivo.
En otros estudios, esta región cerebral se ha asociado
con el procesamiento de situaciones aversivas y situaciones de conflicto, entre
otras. Entonces, el desbalance cognitivo se podría interpretar como un
conflicto [activación simultánea de representaciones de respuestas
incompatibles] o como una aversión [como resultado de un feedback
negativo]? Para contestar esta pregunta, los investigadores de este estudio
también realizaron dos tareas: una para mapear la actividad neural ante el
conflicto [Multi-Source
Interference Task] y otra tarea para registrar la actividad neuronal
asociada a la aversión [Monetary Incentive
Delay Task]. Los resultados muestran que la aversión (feedback
negativo) activa parte de la región de la corteza prefrontal dorsomedial que se
traslapa con la activación ante el desbalance cognitivo, es decir, la actividad
de la región posterior de la corteza prefrontal dorsomedial se activa ante el desbalance
cognitivo y ante la aversión pero no ante el conflicto, por lo que el desbalance
cognitivo podría ser un tipo de aversión que motiva a ajustar nuestras
preferencias para restablecer el balance o equilibrio cognitivo.
Entonces, cuando nuestros gustos se asemejan a los
de nuestros amigos y se distinguen de nuestros enemigos, estamos en balance
cognitivo que se asocia con la actividad neuronal de circuitos asociados al
procesamiento de la recompensa o placer (estriado ventral); nos agrada
parecernos a las personas que nos agradan y no-parecernos a los que no nos
agradan. Por otro lado, cuando nuestros gustos son diferentes a los de las personas
que nos agradan y semejantes a las personas que nos desagradan, se genera un desbalance
que se asocia con una sensación de aversión que motiva a ajustar nuestros
gustos y restablecer el balance cognitivo, cuyo sustrato neurobiológico incluye
la activación de la corteza prefrontal dorsomedial.
jueves, 11 de abril de 2013
El cerebro transparente
¿Alguna vez de
chico te imaginaste que seriamos capaces de ver el funcionamiento del cerebro
en vivo? Es decir, yo nunca me imaginé que seriamos capaces de visualizar los
cambios en el funcionamiento de millones de neuronas que dan lugar a tus mismos
pensamientos, y sin embargo, ir a una resonancia magnética ahora es casi tan
común como ir al dentista.
Bueno, pues hoy
se acaba de publicar un artículo en la revista Nature, que demuestra un
desarrollo tan increíble como lo era la resonancia magnética hace 40 años. El
grupo de 16 investigadores liderado por Karl Deisseroth de la universidad de
Stanford, en California, en su artículo titulado "Structural and molecular
interrogation of intact biological systems" demostró que es posible ver
neuronas sensibles a marcadores específicos en cerebros post-mortem enteros.
Uno pensaría que
pues esto ya se ha hecho con anterioridad en rebanadas de cerebro, pero como se
puede hacer en un cerebro entero?, pues que no se vería nada más la superficie
del cerebro?. Es como si queremos ver el estómago de una persona. Para verlo
realmente tendríamos que abrirlo y asomarnos!.
Pues estos
investigadores desarrollaron una técnica formidable. Básicamente desarrollaron
como hacer invisible al cerebro para luego inyectar marcadores celulares
específicos que les permite ver las células que ellos escojan.
Este avance va a
permitir un avance acelerado en el entendimiento de las conexiones y redes
neuronales de tipos o áreas específicas sin necesidad de cortar cada rebanada
del cerebro. Es decir, vamos a poder analizar las trayectorias por ejemplo de
las neuronas dopaminérgicas en modelos animales de la enfermedad de Parkinson,
o la microcircuitería en modelos de enfermedades psiquiatrícas. Aún mas, esta
técnica permite el análisis post-mortem de cerebros de pacientes con diferentes
enfermedades mentales, lo cual va a redundar en un avance en el conocimiento de
dichos males.
En fin,
simplemente leer el artículo fue un gusto. Sin embargo, si te quieres ahorrar
la lectura científica y simplemente maravillarte con el video, aquí dejo el
link... y a gozarlo!
jueves, 24 de enero de 2013
¿Dónde dejé las llaves?
Cuántas veces nos pasa, o nos ha pasado, que olvidamos dónde
dejamos las llaves y antes de salir rumbo al trabajo o a nuestra escuela
estamos buscando como locos nuestro llavero por todos lados de la casa y,
comúnmente, recurrimos a preguntarle a quien(es) vive(n) con nosotros ¿Che… no
viste mis llaves?. Bueno, pues en esta ocasión Mariana Carasatorre del curso de Introducción a las Neurociencias Cognoscitivas revisó este tema. A continuación su contribución a este Blog.
¿Por qué existe esa tendencia a olvidar la ubicación de los
objetos?
Una de las preguntas claves es sobre cómo tratamos la
información que le da identidad al objeto, como por ejemplo el color y la forma, o incluso la
información de su ubicación, como el estar sobre la mesa, a un lado de la
cocina, etc. A pesar de que se han encontrado neuronas en la corteza frontal
que pueden responder tanto a la información de identidad como a la de ubicación
de los objetos pensamos que es posible que ambos tipos de información se
almacenen de forma separada en el cerebro. Esto debido a que en los resultados de
experimentos conductuales en donde los sujetos han de seguir objetos, los
participantes muestran una mejor memoria de la ubicación de los objetos que de
sus características visuales (Pylyshyn, 2004). También, se ha observado que el
recuerdo sobre la ubicación de un objeto no interfiere con la información
acerca de la identidad del objeto. Finalmente, con imagenología cerebral de resonancia magnética
funcional se ha encontrado que las tareas de identificación visual activan diferentes áreas a las tareas de ubicación de los objetos. Este procesamiento independiente de estos dos tipos de
información implica que para poder recordar la ubicación de un objeto
necesitamos que el cerebro las integre de alguna manera.
Este problema de la integración de diferentes propiedades de
los objetos en la memoria de trabajo nos puede ayudar a resolver
porqué tendemos a olvidar dónde dejamos las llaves. Recientemente, en un
estudio publicado en la revista PLoS-One por Pertzo, y colaboradores en el 2012 estudió este problema, analizando el efecto del olvido en la distribución
de errores relacionados con la ubicación e identidad de los objetos.
¿Qué hicieron?
En un primer experimento, en la primer fase, le presentaron
a los participantes (sujetos humanos) imágenes de figuras conocidas en una
pantalla (de 1 a 4 imágenes) y después de un “intervalo de retención” (esto es
el tiempo entre la muestra y la prueba) de unos cuantos segundos, en la segunda
fase, las imágenes fueron nuevamente presentadas en ubicaciones distintas a las
originales y a los participantes se les pedía que reubicaran las imágenes en
los lugares que originalmente tenían.
¿Qué encontraron?
Lo primero que encontraron es que la cantidad de errores,
medidos mediante la distancia que había entre la ubicación original y la
ubicación seleccionada por el sujeto, incrementaba linealmente con el número de
objetos que se presentaban en la prueba. Además observaron que la secuencia en
la que se presentaban los objetos era una variable importante, observándose que
tanto el primer objeto de la secuencia como el último se recuerdan mejor. Lo interesante es que cuando analizaron los
errores de ubicación, encontraron que la selección de la ubicación en la
segunda fase estaba determinada por la ubicación de los otros objetos en la
primera fase. A estos errores les llamaron “errores de intercambio”, lo que
significa que los sujetos intercambiaban la ubicación de un objeto por otro. Lo
curioso es que estos errores de ubicación estaban provocados por los otros
objetos y no se debía a una elección aleatoria de la ubicación. Esto implica
que se reconocía la ubicación, pero no el objeto vinculado con ella.
¿Y qué hicieron después?
Probablemente el hallazgo más sobresaliente fue lo que
encontraron con la segunda tarea, en la cual podían distinguir entre la memoria
de la identidad del objeto y la memoria de la ubicación. Y además estudiaron el
efecto del intervalo de retención. Esta tarea consistía en presentar de 1 a 4
objetos en la muestra, y después de un intervalo de retención de 1 o 4
segundos, se les presentaba un objeto previamente presentado junto con otro
nuevo, ambos en nuevas ubicaciones. Se le pedía al sujeto que eligiera el
objeto que había estado previamente presente y lo ubicara en donde este estaba
(ver la Figura A).
¿Y cuál fue el resultado?
Lo que encontraron es que el número de errores que cometían
con la identificación de los objetos se afectaba poco con el incremento en la
cantidad de objetos o el intervalo de retención (ver línea azul en contraste
con la línea roja Figura B). Por otro
lado, al analizar los errores de ubicación medidos mediante la distancia
original del objeto y la distancia elegida por los sujetos, encontraron que
estos errores incrementaban notablemente con el número de objetos utilizados, y
detectaron evidencia de que el intervalo de retención estaba teniendo un efecto
notable en la recuperación del recuerdo de la ubicación de los objetos. La condición
control les permitió demostrar, además, que los errores de ubicación eran
causados por los 3 segundos extra de retención, reflejando una interacción
entre el retraso y el número de objetos, lo que estaba más fuertemente asociado
a los errores de intercambio.
Concluyeron así, que:
Un incremento de apenas 3 segundos en el intervalo de
retención, es suficiente para afectar el recuerdo de la ubicación de los
objetos, especialmente cuando se tienen que recordar muchos objetos. Este
incremento en la degradación del recuerdo cuando se memorizan muchos objetos,
parece tener que ver con un incremento en la probabilidad de ubicar objetos
específicamente en donde estaban ubicados otros objetos.
¿Y qué significan estos resultados?
La interpretación fundamental de estos resultados es que el
vínculo entre la ubicación del objeto y sus propiedades que lo definen es
fácilmente alterable, particularmente por la presencia de otros objetos y sus
diferentes ubicaciones. La idea es que, si llegamos a casa y vamos dejando
nuestras cosas en diferentes lugares, es muy probable que todos nuestros
objetos personales y los diferentes lugares en donde los dejamos nos ayuden a
olvidar la ubicación específica de dónde dejamos las llaves en el contexto de
nuestra casa.
La moraleja
Dejá todos los objetos en un solo lugar o acostumbrate a
tener un lugar permanente para cada objeto! No pretendas encontrar con
facilidad tus llaves si siempre las dejas en un lugar diferente!
Referencias
Pylyshyn Z
(2004) Some puzzling findings in multiple object tracking: I. Tracking without
keeping track of object identities. Vis cogn 11: 801–822.
Pertzov Y,
Dong MY, Peich MC, Husain M. 2012. Forgetting what was where: the fragility of
object-location binding. PLoS One;7(10):e48214.
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