De la Wikipedia: Sir John Bertrand Gurdon (JBG), (born 2 October 1933) is a British developmental biologist. He is best known for his pioneering research in nuclear transplantation and cloning. He was awarded the Lasker Award in 2009. In 2012, he and Shinya Yamanaka were awarded the Nobel Prize for Physiology or Medicine for the discovery that mature cells can be converted to stem cells.
jueves, 11 de octubre de 2012
domingo, 7 de octubre de 2012
Chocolate y... salud!
Como todos mis cuates saben, uno de mis grandes problemas es
que soy un ávido fan del chocolate. Siempre procuro tener a la mano un paquete
de m&m´s para, parafraseando a Les Luthiers, “satisfacer mis mas bajas pasiones”.
Claro que con la edad uno empieza a preocuparse por la salud y es entonces que
viene el remordimiento de conciencia por andar satisfaciendo ese dulce apetito.
Sin embargo, y como escribí hace algún tiempo en este blog (http://neurocog.blogspot.ca/2010/07/un-chocolate-para-el-mundial.html),
al parecer no todo es pecado en el hábito de comer chocolate. Bueno pues
recientemente un grupo de investigadores de las Universidades de L´Aquila y de
Pisa, en Italia, acaban de publicar un nuevo artículo con más buenas noticias.
Los investigadores Desideri, Kwik-Uribe, Grassi, Necozione, Ghiadoni,
Mastroiacovo, Raffaele, Ferri, Bocale, Lechiara, Marini y Ferri, publicaron sus
resultados en la revista Hypertension en Agosto de este año bajo el título de “Benefits
in Cognitive Function, Blood Pressure, and Insulin Resistance Through Cocoa
Flavanol Consumption in Elderly Subjects With Mild Cognitive Impairment”, que
es algo así como “Beneficios en las funciones cognoscitivas, la presión
sanguínea y la resistencia a la insulina en personas mayores con deterioro
cognoscitivo leve”. El propósito del estudio fue investigar el efecto del
consumo de flavanoles en esta población. Los flavanoles son un grupo de
moléculas que se encuentran en las uvas y el vino tinto-, las manzanas, en
algunos tipos de té y, especialmente, en la cocoa, incluyendo al chocolate
obscuro.
Bueno, pues estos investigadores siguieron a un grupo de 90 adultos
mayores con diagnóstico de deterior cognoscitivo leve en un estudio de doble
ciego durante 8 semanas. Durante este
tiempo los voluntarios fueron divididos en tres grupos que difirieron en la
ingesta de flavanoles contenidos en una bebida de cocoa. El primer grupo consumió
diariamente una dosis baja de flavanoles (45 mg), el segundo consumió una dosis
intermedia (520 mg), y el último consumió una dosis alta (990 mg).
Que encontraron?
Pues sus resultados son bien interesantes. Por ejemplo, los
investigadores encontraron que los grupos que consumieron dosis mas altas de
flavanoles resolvían mas rápidamente laberintos y mostraban una mayor fluidez verbal que los
que consumieron dosis bajas. Desde la perspectiva fisiológica, también encontraron
que las dosis altas e intermedias mejoraban la resistencia a la insulina y la
presión sanguínea. Los investigadores concluyeron que sus datos apoyan la
hipótesis de que el consumo regular de flavanoles contenidos en la cocoa
pudiera mejorar el desempeño cognoscitivo en adultos con deterioro cognoscitivo
leve en un periodo relativamente corto de tiempo.
Bueno, pues está buena noticia viene acompañada de un descubrimiento
que hice hace poco de una empresa que vende chocolate obscuro con diferentes
tipos de frutas, como moras o granadas, lo cual es fantástico porque como diría
Remy “…Oh, Gusteau was right. Oh,
mmm, yeah. Each flavor was totally unique. But, combine one flavor with
another, and something new was created!”. Y si, no me queda decir mas
que !Amén Remy!
jueves, 4 de octubre de 2012
Cara de gay
Uno de los temas mas intensamente
investigados actualmente en las neurociencias es el relacionado a cómo el cerebro procesa la información de los rostros que vemos todos los días. Si lo
pensamos un poco nos podremos dar cuenta que cuando vemos un rostro nuestro cerebro es capaz de extraer muchísima información. Por ejemplo
podemos extraer la edad, la raza, o el estado emocional del sujeto dependiendo
de su expresión facial. Otro aspecto que nuestro cerebro puede identificar es si el individuo es hombre o mujer, aunque
claro, luego uno se puede llevar sus sorpresas. Pues en relación a esta idea es
que uno de mis alumnos (David Loyo) se animó a participar en este blog. A continuación les
presento su contribución, la cual se basa en un artículo publicado en PLOS One
en este 2012, y que se titula “The roles of featural and configural face
processing in snap judgments of sexual orientation”.
“Cara de gay”
Respecto de la homosexualidad
cualquiera puede encontrarse, cada vez mas, con formas nuevas de nombrarla y
hacerla evidente (tanto en quien es homosexual como en quien no). Estas
expresiones van desde la burla, la ofensa e, incluso, a lo gracioso. Entre mis
amigos cercanos esto ha sido, en ocasiones, tema de charla que termina
arrancando más de una carcajada. Pero mi franca sorpresa la he tenido hace un
par de meses cuando, viendo un capítulo de GLEE (una de mis series favoritas),
me encontré con que Sebastian (Grant Gustin) líder vocal de los Dalton Warblers
le dice a Kurt (Chris Colfer): "[…] Uno
de nosotros tiene cara de gay alocado y no soy yo".
Aquello era, sin duda, una muestra: de la crueldad de Grant Gustin
interpretando el papel de Sebastian y su lucha por “bajarle el novio” a Kurt;
y, por supuesto, de lo gracioso que resulta señalar lo obvio. Quienes siguen la
serie sabrán que la homosexualidad de Kurt Hummel es tan evidente como el hecho
de que uno más uno suma dos, pero ¿cara de gay? ¿Es eso posible?
En este sentido, diversos autores,
entre ellos Ekman (1993) y Macrae & Bodenhausen (2000) han comentado que es
posible extraer cierta información como sexo, edad aproximada, estado
sentimental, categoría social, raza, etc., etc., con tan sólo un rápido vistazo
al rostro. Empero, la novedad se encuentra en lo que Joshua A. Tabak y Vivian
Zayas —entre otros— encontraron. Pues sucede que, de acuerdo a su investigación,
también es posible inferir la orientación sexual a partir de la mera
observación facial y con base en dos mecanismos específicos del procesamiento
cerebral del rostro, a saber, “featural” (de características) y “configural”
(de configuraciones).
Básicamente estos señores hicieron
de Facebook su base de datos para encontrar sujetos que se autodenominaran
homosexual u heterosexual. Tomaron las fotografías de sus perfiles y luego de
editarlas para evitar sesgos culturales, las mostraron a una serie de participantes
durante no más de 50 ms cada fotografía. Los sujetos experimentales debían
observar la fotografía y emitir su juicio consistente en gay o hetero respecto
del sujeto observado.
Los resultados, no menos que el
controversial procedimiento, resultan interesantes pues sucede que con una
confiabilidad de 0.5 los participantes fueron capaces de reconocer la
orientación sexual de los sujetos de observación tanto en hombres como en mujeres
con un 60% de probabilidad de acertar, superando así un reconocimiento por puro
azar. Además, los investigadores encontraron que la orientación sexual, en el
caso de los sujetos femeninos, fue más fácil de enjuiciar y que, por su parte,
había una mayor probabilidad de hacer —lo que ellos
llamaron— un falso reconocimiento en cuanto a
sujetos masculinos. En otras palabras, a los participantes se les facilita
resolver tanto si una mujer como un hombre es hetero o gay, pero tienden a
suponer como gay en mayor medida a un hombre hetero que a una mujer hetero.
Esto nos habla, sin duda, de la posible intervención de la expectativa del rol
cultural de género: es más socialmente aceptado y, por lo tanto, mal enjuiciado
el hecho de que una mujer pueda ser un tanto masculina a diferencia del hecho
de que un hombre pueda ser un tanto femenino.
Pero entonces ¿es posible tener cara de gay?
Para contestar esta cuestión es
necesario puntualizar que esta investigación no fue mera ocurrencia de los
autores, como quien decide crear el hilo negro, sino que se cimienta en cierta
habilidad de la que se dicen poseedoras las personas homosexuales y que
consiste, básicamente, en la capacidad para reconocer a otro sujeto homosexual.
A esto se le ha llamado, coloquialmente, "gaydar". A la fecha esta
supuesta capacidad de reconocimiento había sido —digamos— aceptada
suponiéndose basada en juicios de valor respecto de la apariencia y actitudes
de las personas en comparación a otras y referido a la expectativa cultural existente
sobre el rol de género y que el sujeto debe cumplir.
Estas dos fotografía son idénticas, excepto que una tiene mas contraste que otra. La ilusión es llamada "Illusion of Sex" y fue compuesta por Richard Russel the Harvard University.
Sin embargo, estos autores suponen
y plantean la hipótesis de que dicho reconocimiento va más allá de cualquier
juicio de valor respecto del comportamiento del sujeto, sino que puede
inferirse sólo con la observación del rostro de la persona hetero u homosexual.
En este sentido intervienen los procesos featural y configural refiriéndose a
un reconocimiento del rostro en base a las características del mismo y uno en
base a la estructura y relación de sus partes anatómicas, respectivamente. El
caso es que, incluso cuando se presentaron los rostros invertidos en una
presentación posterior del mismo experimento, (comprometiendo seriamente el
mecanismo configural del procesamiento del rostro) los individuos mantuvieron
la probabilidad de acierto en un 60%, lo que nos hace pensar que dicha
capacidad de “reconocer” a un individuo homosexual de un heterosexual sí es
posible. Aunque decir que tiene “cara de gay” no podamos demostrarlo… aún.
Blog participado por David Loyo.
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