Con ese título inmortalizó Chava Flores en una canción el sueño de miles de nuestros compatriotas de ganarse la lotería, pagar las deudas y dedicarse a la buena vida sin tener que trabajar mas nunca. Ese vaivén mental, que los anglosajones conocen como “mind wandering”, es en el cual uno está flotando mentalmente en el nirvana, revisando el pasado, o fantaseando en el futuro.
Se podría pensar que investigar dicho estado mental es muy difícil, y pues si, en realidad es muy difícil, porque, ¿cómo analizar cualquier situación relacionada a vagabundeo mental?. Bueno, pues Matthew A. Killingsworth y Danel T Gilbert, de la Universidad de Harvard, acaban de publicar en Noviembre de este año en la revista Science un artículo en el que investigan el efecto emocional que tiene el estar divagando mentalmente.
¿Como lo hicieron?
A estos investigadores se les ocurrió la forma de recabar los datos utilizando las bondades de los nuevos teléfonos conocidos como “smart phones”, que incluyen obviamente al iPhone de Apple. Lo que hicieron fue que desarrollaron una aplicación para el iPhone que contactaba a los participantes en diferentes tiempos seleccionados semi-aleatoriamente (solo los contactaba durante las típicas horas de estar despiertos), y les preguntaba su estado de felicidad del 0 al 100 (¿how are you feeling right now?), su estado de actividad (¿what are you doing right now?) , y el estado de vagabundeo mental (¿are you thinking about something other than what you are currently doing?), la cual podía ser respondida con un “no”, “si, algo placentero”, “si, algo neutral”, o “si, algo no placentero”.
Pues usando este método lograron involucrar a 5,000 voluntarios de 83 países, con edades entre 18 y 88 años, y que proveieron alrededor de un cuarto de millón de respuestas. Los resultados son super interesantes. Encontraron que el vagabundeo mental ocurría en un brutal 46.9 % de las muestras!, y en por lo menos en un 30% en cualquier actividad, excepto cuando los voluntarios estaban teniendo relaciones sexuales, lo que nos habla del pobre nivel de compromiso en cualquier actividad, menos en esa!. Bueno, pero el experimento estaba enfocado al estado emocional, y ese análisis mostró que las actividades en las cuales las gentes estaban mas felices eran, obviamente en primer lugar el tener sexo, con un nivel de felicidad arriba del 90% , seguida en un distante 78% por hacer ejercicio, y luego en orden descendente por jugar, escuchar música, salir a caminar, comer, luego orar, preparar la comida, salir de compras, cuidar niños, relajarse, leer y ver televisión. Hasta aquí son las actividades placenteras. El punto medio está entre ver televisión y hacer la casa, y allí comienzan la no placenteras, como escuchar las noticias (yo creo que veían las noticias de por acá!), arreglarse, transportarse, estar en la computadora (leyendo este blog...), y finalmente trabajar (que raro, no?). Ahora que además de medir el impacto emocional, también midieron la frecuencia de dichas actividades, siendo las mas frecuentes el trabajar y el platicar, mientras que las menos frecuentes eran el orar, el hacer el amor y el escuchar las noticias.
¡Pácatelas!
El análisis de estos autores concluye que el humano parece estar distraído mentalmente durante casi la mitad del tiempo. Además encontraron que después de estar vagabundeando mentalmente, generalmente viene un episodio de poca felicidad, por lo que concluyen que dicho estado produce infelicidad. Rematan diciendo que al parecer la habilidad de pensar sobre lo que no está pasando es un logro cognitivo que tiene un costo emocional muy alto. Tal vez por eso nos llega la depresión absoluta cada vez que no le atinamos a los números ganadores de la lotería o del melate. No solamente es la depresión de que no nos libramos de las deudas o de trabajar, sino que nos llega la depresión -post vagabundeo mental!
En fin, tonses que, ¿somos los mexicanos los únicos que divagamos mentalmente? No lo creo.
¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano?
¿A hacerte rico en loterías con un millón?
Mejor trabaja, ya levántate temprano;
con sueños verdes solo pierdes el camión...
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