¿Que tan buenos somos para hacer una introspección sobre nuestro desempeño? Dicho de otra manera, ¿qué tanta confianza le tenemos a las decisiones que tomamos?
Bueno pues un grupo de investigadores del University College of London comprendido por Stephen M. Fleming, Rimona S. Weil, Zoltan Nagy, Raymond J. Dolan y Geraint Rees, se dieron a la tarea de diseñar un experimento para investigar el proceso de la introspección, así como de sus posibles correlatos neuronales. Es decir, tratar de investigar si pudiera ser posible que esa introspección mental estuviera asociada al funcionamiento de alguna región cerebral en particular. Los autores publicaron sus hallazgos en la revista Science de este mes de Septiembre bajo el título de “Relating Introspective Accuracy to Individual Differences in Brain Structure”.
¿Como lo hicieron?
Para hacer el estudio los investigadores reclutaron 32 voluntarios a los que se les mostraban dos pantallas, cada una conteniendo seis ventanas con diferentes patrones. Una de las pantallas contenía una ventana que era más brillante que el resto de las demás. La pregunta que tenían que resolver los voluntarios era si podían identificar cual pantalla contenía la ventana más brillante. Una vez que decidían, entonces se les pedía que calificaran que tan confidentes se sentían acerca de su respuesta final, lo cual implicaba el hacer una introspección sobre su desempeño. Después del experimento se escanearon sus cerebros usando resonancia magnética estructural.
El diseño experimental utilizado por los investigadores les permitió disociar la habilidad de introspección de los sujetos del desempeño de los mismos, en una simple tarea de decisión perceptual. Esto a su vez permitió determinar si la variabilidad inter-individual estaba asociada a alguna región cerebral. Bueno, pues la tarea era tan difícil que los participantes nunca estuvieron completamente seguros de si sus respuestas eran correctas. De esta manera todos los sujetos habían sido sometidos a la misma dificultad para que la toma de decisión fuera igualmente difícil para todos, y lo único que realmente varió entre los participantes era la confianza que tenían sobre las decisiones que habían tomado. Entonces, gracias a este diseño el desempeño perceptual de la tarea fue igual en todos los sujetos, sin embargo lo que si varió entre ellos fue su habilidad de introspección.
Posteriormente los investigadores compararon los volúmenes cerebrales obtenidos mediante resonancia magnética y encontraron que existía una correlación entre la habilidad de introspección y el volumen de un área específica de la corteza prefrontal. Básicamente la capacidad meta-cognitiva de cada individuo correlacionaba significativamente con la cantidad de materia gris en la corteza prefrontal anterior derecha así como con la materia blanca que conectaba específicamente con dicha área.
Esto llevó a los autores a postular que sus hallazgos apuntan a que existe un área cerebral que pudiera participar en la habilidad de introspección, y que dicha área sería distinta de la que soporta la percepción visual primaria.
¿Bueno y que con eso?
Este hallazgo es interesante porque permite que el desempeño que alguien pudiera tener en una tarea sea disociable de la confianza que se tiene en relación a su desempeño. Por ejemplo, Hakwan Lau y Brian Maniscalco ponen el ejemplo de un testigo en una corte. Si el jurado ve dos testimonios opuestos en los cuales uno de los testigos está muy confiado de su respuesta, mientras que el otro testigo se ve inseguro, entonces seguramente el jurado se inclinará a creerle al testigo seguro, pero como Fleming y colaboradores nos muestran, esa seguridad no necesariamente hace más exacto el desempeño del sujeto, sino que simplemente pudiera reflejar un proceso cerebral mas afianzado en uno de los testigos.
Una cuestión bien interesante que se desprende de estos resultados es porqué unas personas le tienen más confianza a sus decisiones. ¿Será que logran hacer una introspección mas profunda? Es decir, ¿logran hacer una metacognición de sus procesos de decisión? Esta metacognición, ¿es posible solo para algunas personas en algunos procesos?, ¿o es algo que se pudiera entrenar? No lo se, pero si que esta investigación nos abre la puerta a muchas otras preguntas que seguramente en un futuro se comenzarán a explorar.
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