Aunque estamos en época futbolera es necesario hacer notar que en algunos Estados de la República se van a celebrar elecciones durante el verano. También es importante notar que las presidenciables ya no están tan lejos y ahora los partidos están escogiendo a sus posibles gallos para tan disputada pelea. Bueno pues esta cercanía es la que me indujo a releer un artículo que he andado guardando en mi archivero por algún tiempo.
Un Presidente con severo daño cerebral.
En 1919, durante los tratados de Paz en Paris y la conformación de la Liga de las Naciones –la precursora de las Naciones Unidas-, el presidente en turno de los Estados Unidos de América era Thomas Woodrow Wilson. Mientras este presidente se encontraba en París tuvo varios “eventos cerebro-vasculares” que deterioraron su pensamiento, a pesar de lo cual siguió representando a los Estados Unidos en tan importante evento, que culminó, debido en gran medida al daño cerebral de Woodrow Wilson, en que Estados Unidos no se uniera a la Liga de las Naciones. Posteriormente en Octubre de 1919, el presidente tuvo otro evento cerebro vascular más severo, paralizándolo de su lado izquierdo, sin embargo esto no se haría público sino hasta febrero de 1924 cuando falleció. A pesar de la severa lesión cerebral que seguramente inhabilito de forma significativa sus capacidades cognoscitivas, Woodrow Wilson siguió siendo presidente de los Estados Unidos hasta 1921.
Woodrow Wilson durante su presidencia después del infarto cerebral donde su esposa le tenía que detener los papeles para que pudiera firmar.
La enmienda a la constitución de Estados Unidos.
Sorprendentemente este no ha sido el único caso en Estados Unidos de Presidentes con lesiones cerebrales durante su mandato. Franklin Delano Roosevelt, que también sirvió de presidente durante una guerra mundial, mantuvo la presidencia a pesar de tener una hipertensión arterial incontrolada acompañada de fallas cardiacas y eventos cerebro vasculares. Incluso murió de una hemorragia cerebral por hipertensión en 1945. Se dice que su daño cerebral fue responsable en parte de la poca decisión con la que Estados Unidos terminó los avances sobre Berlín y su desafío a Stalin al final de la guerra. Estos y otros eventos llevaron a la enmienda número 25 de la Constitución de Estados Unidos, y posteriormente a convocar a establecer a un Grupo de Trabajo sobre la Incapacidad Presidencial en 1995, cuyos resultados se publicaron en los Archives of Neurology en 1997 en un artículo titulado “Disability in US Presidents Report”. La enmienda 25 es básicamente una guía que provee procedimientos para asegurarse de que los poderes y obligaciones del presidente estén en una persona capaz de usarlos de forma correcta, que incluye el sentido de que no esté debilitado mentalmente para desempeñar dichas funciones.
En la fotografía: Churchil (ya con lo menos con un infarto) Roosevelt (con varios eventos cererbro vasculares e hipertensión incontrolable) y Stalin (vaya a Usted a saber con que problema mental)
¿Bueno, pero este caso es exclusivo de Estados Unidos, u mandatarios de otras naciones pudieran desarrollar incapacidad por lesiones cerebrales?
De acuerdo a un artículo publicado en el Q.J. Med. en 2003 por Lord Owen, si. A la par del caso más extremo de incapacidad cognoscitiva en un Presidente de los Estados Unidos, en 1920 se dio un caso de demencia en la presidencia Francesa. Paul Deschanel, presidente de Francia en 1920, llegó a estar tan demente que se cuenta que incluso recibió una vez al embajador Británico prácticamente desnudo. Posteriormente se ha pensado que desarrolló demencia frontotemporal. Existen otros casos que incluyen otros aspectos que debilitarían el tomar decisiones, como el del Primer Ministro Anthony Eden de Inglaterra, quién vivió prácticamente de las anfetaminas que le recetaba su médico durante la crisis del Canal de Suez, o de Winston Churchil, que incluso sufrió un infarto en 1945 durante un encuentro en la Casa Blanca justo después del ataque Japonés a Pearl Harbor.
¿y que, no se va a hablar de futbol en este blog?!!
Bueno, que quieren que les diga, ¿que los franceses deberían de hacerle un examen mental a su entrenador Raymond Domenech por alinear a los jugadores dependiendo de su signo astral? Pues no se…. Tal vez deberíamos de preocuparnos mejor por establecer lineamientos para asegurarnos de que nuestro próximo Presidente esté sano cognoscitivamente, y que en caso de que algo le ocurra dentro de su presidencia, exista algún mecanismo que nos permita salir del embrollo.
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