El café es una de
las bebidas más populares a nivel mundial, no solo por su agradable aroma, sino
porque desde la antigüedad el ser humano se ha percatado de sus efectos fisiológicos.
En lo personal conozco varios familiares y amigos que casi literalmente no se
despiertan hasta que toman su primera taza de café. Desde hace tiempo se sabe
que el café incrementa a corto plazo el estado de alerta, reduce la fatiga, y mejora
la atención y la concentración, lo cual repercute en un mejor desempeño. Es por
esto que generalmente se piensa que el café ayuda a recordar mejor la información
aprendida, ya que sí puedes estudiar mejor, pues posiblemente retengas más
información. Sin embargo, recientemente Daniel Borota, Elizabeth Murray, Gizem
Keceli, Allen Chang, Joseph Watanabe, Maria Ly, John Toscano y Michael Yassa de
la Universidad de Johns Hopkins y de la Universidad de California en Irvine, acaban
de publicar en el número de Enero de Nature Neuroscience un estudio titulado “Post-study
caffeine administration enhances memory consolidation in humans”, que se
traduce algo así como “La administración de cafeína después de estudiar
incrementa la consolidación de la memoria en el humano”. Básicamente estos
investigadores estudiaron el efecto de la cafeína en la memoria, a diferencia
de su efecto en la atención o el alertamiento.
¿Qué hicieron?
Para evaluar el
efecto de la cafeína únicamente en la memoria, los investigadores pusieron a
dos grupos de sujetos en una tarea en la cual debían de decir si una serie de
ilustraciones que les presentaban se podrían encontrar dentro o fuera de una
construcción. Por ejemplo, ¿dónde es más factible encontrar una copa de vino, en
el exterior o en el interior de algún lugar? Después de terminar esta tarea, a un grupo le
dieron una pastilla con cafeína y a otro grupo le dieron una pastilla placebo. Ambos
grupos de sujetos regresaron al día siguiente al laboratorio. En ese día los
investigadores les aplicaron, sin previo aviso, la prueba crítica. Esta consistía
en presentarles tres tipos de ilustraciones que podían ser algunas de las que habían
visto el día anterior, otras que eran similares a las vistas al día anterior, y
otras que eran nuevas y completamente diferentes a las vistas el día anterior.
Los sujetos tenían que decir si las imágenes eran viejas, similares o nuevas.
Y… ¿la cafeína
mejora o no la memoria?
Los resultados
mostraron que los sujetos que tomaron la cafeína mejoraron significativamente
su capacidad de diferenciar entre las ilustraciones parecidas de las
ilustraciones viejas. Es decir los sujetos que tomaron el placebo cometían más
errores a la hora de decidir si un objeto parecido era o no la ilustración vista
el día anterior. Aún más, los investigadores probaron con tres dosis de cafeína
diferentes, y encontraron que la dosis de 100 mg no produjo efectos,
mientras que las dosis de 200 y 300 mg si produjeron diferencias significativas en el
desempeño de los individuos. Para darnos una idea de cuanta cafeína es esa vale
la pena notar que el café de Starbucks tiene 260, 330 y 415 mg de cafeína en
sus tamaños Tall, Grande y Venti respectivamente.
Este estudio
parece demostrar que el café produce un efecto benéfico en la consolidación de
la memoria, más allá de su posible efecto para incrementar la atención y el
alertamiento, ya que la cafeína fue administrada después de que los sujetos
vieron los estímulos por primera vez, y un día antes de ser evaluados en la
prueba de memoria, una vez que los niveles de cafeína ya habían desaparecido
del sistema.
Sin embargo,
antes de salir corriendo por una taza de café para recordar este blog, vale la
pena mencionar que mucha cafeína no necesariamente es buena, ya que se ha
demostrado que dosis mayores (más de 500 mg diarios) tienen un efecto
contraproducente que incluso pueden dar lugar a episodios de insomnio,
ansiedad, irritabilidad, o pueden afectar el sistema gástrico, e incluso al
corazón. Tal vez sería hora de hacerme al hábito de leer el mejor paper del día
junto con un delicioso café para poder recordarlo mejor, pero claro, para
seguir gozando plenamente esa taza de café es mejor seguir el viejo dicho
que dice, de lo bueno, poco!