En el último seminario del laboratorio revisamos un artículo bien interesante sobre como la experiencia va formando nuestras preferencias. Entonces decidí invitar a Azalea Reyes Aguilar, estudiante del Doctorado, a escribir la siguiente pieza que amablemente nos comparte:
Imaginemos las siguientes situaciones. Vas de
compras con tu mejor amigo a quien quieres mucho y te
parece muy agradable y que además estudia diseño. En eso ven una playera azul que a ti te parece horrible, pero el te recomienda comprarla porque es lo que está de moda y te
explica que el diseño es de alta calidad.
En otra tienda, ves una playera de color negro que te
gusta mucho, piensas comprarla, pero en esa misma tienda te encuentras con un
conocido de la escuela que te molesta siempre porque suele burlarse de ti y una
vez agredió a tu mejor amiga. Y este conocido, quien tanto te molesta, compra
exactamente la misma playera que tú querías comprar.
La cuestión es, ¿tu actitud hacia esas playeras, o
hacia tu amigo o hacia el tipo molesto, cambiarán
después de esas experiencias?
Para investigar cómo nuestras preferencias son
influenciadas por los otros, la teoría del balance cognitivo explica que el
balance depende de una relación tríadica;
1. tú actitud hacia la otra persona
2. tú actitud hacia un objeto
3. la actitud de la otra persona hacia el mismo objeto
El balance cognitivo requiere que las tres
relaciones sean positivas (i.e. que tu actitud hacia la otra persona y hacia el
objeto sean de agrado y la actitud de la otra persona a objeto también sea de
agrado) o dos negativas y una positiva (i.e. que tu actitud hacia la otra
persona y hacia el objeto sean negativas y la actitud de la otra persona al
objeto, sea positiva, o bien, que tu actitud hacia la otra persona sea positiva
y la actitud tuya y de la otra persona hacia el objeto sean negativas).
Cualquier otro caso provocará desbalance cognitivo.
En un estudio de Izuma y Adolphs publicado en mayo
(2013) en la revista Neuron, los autores registraron la actividad neuronal con
resonancia magnética funcional de 18 estudiantes universitarios voluntarios mientras
evaluaban que tanto les agradaban unas playeras y que tanto les agradaban esas mismas
playeras tanto a otro grupo de estudiantes universitarios, como a un grupo de criminales
sexuales que estaban en la cárcel. Finalmente, después de observar como esos
dos grupos evaluaban las playeras, los investigadores pidieron a los
voluntarios realizar una segunda evaluación de las mismas playeras.
En este experimento se consideró que había un desbalance
cognitivo cuando los gustos de los voluntarios eran diferentes a los de los
otros estudiantes o iguales a los de los criminales. De acuerdo a la teoría
normalmente tendemos a reducir dicho desbalance.
Bueno, pues en efecto los investigadores encontraron
que después de ver los videos de los otros universitarios y los delincuentes, los
participantes ajustaban su evaluación de acuerdo a las preferencias de los
estudiantes y de los criminales.
Para las playeras que inicialmente les habían
gustado, si no les gustaban a los otros estudiantes, o bien si les habían
gustado a los criminales, entonces ahora los voluntarios reducían sus
preferencias por estas playeras.
Por otro lado, para las playeras que no les habían gustado originalmente, si los otros estudiantes decían que sí les
habían gustado mucho, o bien, si los criminales decían que no les habían
gustado, entonces los participantes aumentaban su agrado hacia esas playeras en
la segunda evaluación.
En otras palabras, en ambos casos los participantes
ajustaban sus preferencias para que fueran similares a las de los otros
estudiantes y diferentes a las de los criminales. En situaciones de desbalance
cognitivo aumentaba la motivación para realizar cambios en la preferencias, de
hecho el grado de desbalance predice la preferencia al cambio, es decir, entre
más alejada sea nuestra preferencia de la preferencia de nuestro amigos y entre
más cercana este nuestra preferencia de la de los criminales, más es el desbalance
cognitivo y mayor la motivación para modificar la preferencia en la siguiente
evaluación para parecernos más a la gente que nos agrada y distinguirnos de la
gente que nos desagrada.
Incluso estos ajustes persisten hasta (4) meses
después, pues los participantes mantienen sus preferencias con los ajustes que
restablecen el balance cognitivo, a pesar de que no recordaban explícitamente
las preferencia de los estudiantes y de los criminales.
Cuáles son los
mecanismos neuronales asociados a los cambios de preferencia de acuerdo a la
opinión de los demás?
Bueno, pues
los investigadores no solo mapearon los cambios del balance cognitivo, sino que
además mapearon las zonas cerebrales y posibles procesos involucrados en esta
tarea.
La corteza prefrontal dorsomedial se activa de
acuerdo a la relación tríadica entre el participante (1ra persona), el otro
(3ra persona) y el objeto, lo que indica que esta estructura neuronal es un correlato
neurobiológico del desbalance cognitivo. La corteza prefrontal codifica la
diferencia entre nuestras propias preferencias y la preferencias de los demás,
pero esto también depende de nuestra actitud hacia los demás, si de este
análisis resulta un desbalance cognitivo se sigue una motivación a ajustar
nuestra preferencia y restaurar el balance cognitivo.
En otros estudios, esta región cerebral se ha asociado
con el procesamiento de situaciones aversivas y situaciones de conflicto, entre
otras. Entonces, el desbalance cognitivo se podría interpretar como un
conflicto [activación simultánea de representaciones de respuestas
incompatibles] o como una aversión [como resultado de un feedback
negativo]? Para contestar esta pregunta, los investigadores de este estudio
también realizaron dos tareas: una para mapear la actividad neural ante el
conflicto [Multi-Source
Interference Task] y otra tarea para registrar la actividad neuronal
asociada a la aversión [Monetary Incentive
Delay Task]. Los resultados muestran que la aversión (feedback
negativo) activa parte de la región de la corteza prefrontal dorsomedial que se
traslapa con la activación ante el desbalance cognitivo, es decir, la actividad
de la región posterior de la corteza prefrontal dorsomedial se activa ante el desbalance
cognitivo y ante la aversión pero no ante el conflicto, por lo que el desbalance
cognitivo podría ser un tipo de aversión que motiva a ajustar nuestras
preferencias para restablecer el balance o equilibrio cognitivo.
Entonces, cuando nuestros gustos se asemejan a los
de nuestros amigos y se distinguen de nuestros enemigos, estamos en balance
cognitivo que se asocia con la actividad neuronal de circuitos asociados al
procesamiento de la recompensa o placer (estriado ventral); nos agrada
parecernos a las personas que nos agradan y no-parecernos a los que no nos
agradan. Por otro lado, cuando nuestros gustos son diferentes a los de las personas
que nos agradan y semejantes a las personas que nos desagradan, se genera un desbalance
que se asocia con una sensación de aversión que motiva a ajustar nuestros
gustos y restablecer el balance cognitivo, cuyo sustrato neurobiológico incluye
la activación de la corteza prefrontal dorsomedial.