¿Alguna vez te has
preguntado la razón por la cual hay gente más altruista que otra? Es decir, debe de haber
alguna razón de porqué algunas gentes realmente ayudan de corazón a otros
individuos, pero otros, nomás se pasan de gallos y no se tientan el corazón
para ayudar a nadie aunque tu estés seguro que de chiquitos su santa Madre les
decía que hay que hacer el bien sin mirar a quien.
Bueno, pues un
estudio publicado en el mes de Julio en Neuron, bajo el título de “Linking
brain structure and activation in temporoparietal junction to explain the
neurobiology of human altruism, Morishima, Schunk, Bruhin, Ruff y Fehr del del
Departamento de Economía de la Universidad de Zurich parecen explicarnos el
porqué de esta conducta.
¿Que hicieron?
Estos investigadores
no solo les aplicaron pruebas para medir el altruismo a treinta voluntarios,
sino que les tomaron imágenes anatómicas y funcionales de su cerebro mientras
realizaban tareas específicas para medir dicha conducta. Los científicos
utilizaron las famosas pruebas del dictador y de reciprocidad para estimar los
parámetros de preferencia social de los sujetos (que tan cuates o gachitos eran
los participantes para repartir dinero con otra persona). En el juego del
dictador los sujetos se enfrentaron a varios problemas en los cuales tenían que
escoger una opción en las que se les asignaba dinero a ellos o a un socio
anónimo. Por ejemplo, en uno de ellos el sujeto podía escoger una decisión
altruista que incrementaba la ganancia del socio, pero a costillas de las
ganancias del voluntario. En el juego de reciprocidad la persona podía hacer
una decisión altruista o una decisión egoísta, la cual consistía en apañarse el
billete. En este juego se le preguntaba al sujeto como se conduciría si el otro
participante tomaba la postura egoísta y se quedaba con el dinero o si el otro
participante era altruista, y que basado en esa conducta, escogiera que haría.
Los investigadores consideraban que si en el juego del altruismo el sujeto
cedía dinero cuando el otro también había cedido, entonces era altruista, pero
si se quedaba con el dinero pese a que el otro había cedido, entonces era
egoísta. En realidad el protocolo era mas complejo que eso, pero a grandes
rasgos de eso se trataba el experimento conductual.
Ok, ¿Qué fue lo que
encontraron?
Bueno, pues los
resultados fueron bien interesantes. Ellos encontraron que el volumen neuronal
de la corteza que se encuentra justo entre los lóbulos temporal y parietal del
hemisferio derecho (right temporoparietal junction) está significativamente
asociado con las conductas altruistas y con las activaciones funcionales de
esta región que ocurrían cuando el sujeto estaba tomando decisiones altruistas.
Dicho en otras palabras aquellos sujetos que tenían mayor materia gris en esta
región eran más altruistas que aquellos que, literalmente, les faltaba materia
gris.
Pues claro está
ahora. No es que el Grinch, o Scrooge tuvieran un corazón pequeño, sino que
esos tíos todos gandayas en realidad lo que tenían era una pobreza neuronal. O
dicho de otra manera, no es que la madre Teresa tuviera un gran corazón, ahora
sabemos que su grandeza residía en la unión temporoparietal del lóbulo derecho!
Si quieres saber mas sobre el altruismo, chécate este blog anterior: http://neurocog.blogspot.ca/2010/09/la-cooperacion-social-y-el-huracan.html