Bueno, pues nos alcanzaron las fiestas de fin de año y creo que hoy es un buen día para subir el blog de esta semana. En esta ocasión subiré una entrada escrita por Martha Beatriz Moreno relacionada a las diferencias cerebrales entre niños y adultos al poner atención.
¿NIÑOS Y ADULTOS USAN LAS MISMAS REGIONES CEREBRALES AL PONER ATENCIÓN?
Al parecer sí, pero con diferente intensidad y especificidad. El cerebro infantil y adulto es distinto en forma y funcionamiento en algunos aspectos. Por ejemplo, los niños tienen más materia gris (cuerpos neuronales) y menos materia blanca (axones neuronales) que los adultos. Conforme crecemos la materia blanca aumenta ya que los axones de las neuronas se mielinizan, es decir, se recubren de materia grasa que permite una mejor conducción de las señales nerviosas. Pero también se ha observado que para resolver problemas el cerebro infantil y adulto funciona diferente. Para explorar tales diferencias Konrad y colegas (2005) llevaron a cabo un estudio con Resonancia Magnética en el cual participaron 32 sujetos (16 adultos de 20 a 34 años y 16 niños de 8 a 12 años). Cada participante debía atender los estímulos visuales presentados en una pantalla dentro del resonador magnético. A niños y adultos se le presentó la misma serie de imágenes conformada de diferentes estímulos visuales: de fijación (una cruz), de alerta (asterisco) e imágenes objetivo (5 flechas) presentadas a manera de columna. Cada participante debía estar alerta para identificar cuando apareciera la imagen de 5 flechas. Debía poner principal atención en la dirección de la flecha de en medio para pulsar la tecla izquierda de una botonera cercana a su mano cuando dicha flecha apuntaba hacia la izquierda ó la tecla derecha si apuntaba hacia la derecha. (Ver figura 1)
Figura 1. Estímulos visuales presentados a los sujetos (en Konrad et al., 2005:431)
Los resultados mostraron que en todos los participantes se activó la misma región, pero niños y adultos presentaron diferentes patrones de activación. Al estar alerta, se activó principalmente una región de la corteza frontal llamado giro del cíngulo frontal derecho (figura 2A) y una estructura subcortical denominada tallo cerebral (figura 2B), el cual es la continuación de las fibras que conforman la médula espinal. Las discrepancias en el tamaño de las barras corresponden a diferencias en la intensidad de señal provocada por los diferentes cambios metabólicos (oxigenación) neuronales de niños y adultos al resolver la tarea. Las barras rojas corresponden a la activación neuronal al estar alertas a las imágenes sin pista y las barras verdes a las imágenes de alerta con pista (doble asterisco). Los autores sugieren que las diferencias observadas se deben a diferentes mecanismos de procesamiento entre niños y adultos.
Figura 2. Activación cerebral ante la tarea de alerta a imágenes con o sin pistas (asterisco).
Al ver el estímulo e identificar si todas las flechas de la columna apuntan a la misma dirección (congruencia) o no (incongruencia), en los adultos hubo mayor activación en la corteza parietal superior y el giro frontal inferior que en los niños (Figura 3A y B) y mayor activación en el giro temporal superior y el giro frontal superior en los niños que en los adultos (Figura 3C y D). Los autores consideran que tales resultados dan evidencia de inmadurez de redes neuronales (parietofrontales) en tareas cognitivas. Concluyen que los resultados dan evidencia de que el sistema atencional de los niños es funcional pero inmaduro en comparación con los adultos, ya que los niños mostraron un patrón de activación más difuso que abarca más áreas de regiones cerebrales que los adultos. Tal naturaleza refleja inmadurez del sistema durante la infancia, el cual se va haciendo más focal y especializado con el desarrollo y la experiencia.
Figura 3. Diferencias de activación cerebral entre niños y adultos al atender estímulos visuales
La investigación de Konrad y colegas es respetable dada la complejidad de hacer RMf con niños por la dificultad de contar con la cooperación, seguimiento de instrucciones y quietud que el niño debe tener durante el estudio de resonancia magnética y por la importancia de sus resultados ya que ofrecen evidencia de diferencias de procesamiento cognitivo reflejadas en diferencias de activación neuronal. Este trabajo permite una mayor comprensión del funcionamiento cerebral infantil ante tareas cognitivas. Los autores señalan que sus datos suponen no solo un funcionamiento neuronal característicos de los niños, sino también el uso de estrategias diferentes aunque funcionales pues le permiten al niño interactuar con su entorno y continuar con su desarrollo cognitivo hasta desarrollar estrategias cognitivas más eficientes sin requerir mayor sustrato neural (Konrad et al, 2005).
BIBLIOGRAFIA
Baars y Gage 2007 Cognition, brain and consciousness, Academic Press,
Konrad, K., Neufang, S., Thiel, C.M. et al. (2005). Development of attentional networks an fMRI study with children and adults. Neuroima433ge, 28(2), 429-439