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sábado, 28 de abril de 2012

Y Me Quede Como El Chinito…


Cada vez que interactuamos con alguien, aparte de la comunicación verbal, estamos utilizando nuestro lenguaje corporal y mayormente nuestras expresiones faciales para enviar mensajes codificados acerca de cómo nos sentimos con respecto a nuestro ambiente en cada momento. Digamos, como cuando estas en un parque y un chiquillo te tira sus jícamas con chile en tus zapatos nuevos haciéndote enojar,  pero justo en ese momento aparece una hermosa mujer diciéndote que lo siente, con lo que dejas tu enojo a un lado y tratas de hacerte el interesante diciéndole a su hermanito que no importa y haciendo tu cara de buena gente…  hasta que aparece un tipo que resulta es el marido y trae una cara como de chango al darse cuenta de tus malas intenciones. Entonces te das cuenta que la chava no era la hermana del niño y no te queda mas que salir huyendo por tu propia seguridad.


Investigadores en el área sostienen que la comunicación verbal entre individuos únicamente representa menos del 25% del total de información que intercambiamos cuando interactuamos en sociedad, lo que quiere decir que nos comunicamos mas con nuestro lenguaje corporal que con palabras.


Desde los tiempos de Darwin se ha debatido acerca de si nuestras expresiones faciales básicas son universales, es decir si las expresiones faciales son las mismas aquí y en China.  Paul  Ekman, quien ha dedicado su vida a estudiar las expresiones faciales, postula que si existen seis emociones faciales universales, que son Felicidad, Sorpresa, Miedo, Asco, Ira y Tristeza, por lo que en teoría podías estar seguro que aquí o en china podrías saber si tenias que correr cuando le vieras la cara al marido de la hermosa mujer en el parque. Todo esto puede sonar muy lógico ya que al menos en mi caso nunca he tenido problemas para saber si tengo que correr o no cuando veo un rostro enojado. Sin embargo, parece ser que en realidad esta universalidad no es tan universal. Rachel E. Jack y un grupo de investigadores de la universidades de Glasgow y Fribourg acaban de publicar en el PNAS de este mes un artículo titulado “Facial expressions of emotion are not culturally universal” o en mexicano “Las expresiones faciales emotivas no son culturalmente universales”, donde sugieren que individuos de una cultura no necesariamente podrán identificar las expresiones emotivas de otra cultura por muy raro que esto nos pueda parecer.

¿Como lo hicieron?

Primero reclutaron 30 sujetos de alrededor de 22 años y los dividieron en dos grupos 15 caucásicos europeos y 15 asiáticos chinos, siendo la mitad de cada grupo mujeres. Se evaluó mediante un cuestionario que los sujetos seleccionados tuvieran muy poco conocimiento de la otra cultura. Antes del experimento estabilizaron la familiaridad con las categorías de emoción preguntándole a los sujetos sinónimos y descripciones de cada emoción. Posteriormente les mostraron a los sujetos 4,800 rostros que incluían las 6 emociones básicas con cinco niveles de intensidades y distribuidas equitativamente en ambas razas (utilizando imágenes hechas por computadora que parecían reales), y midieron el tiempo en que cada sujeto se tardaba en contestar que emoción estaba observando.

Finalmente y después de un exhaustivo (pero tedioso) análisis, estos investigadores encontraron que los sujetos occidentales identificaban muy bien las emociones presentadas, mientras que los orientales tenían dificultades en cuatro de las seis emociones universales. También comentan que los rasgos a los que los orientales ponían mas atención son los ojos y la boca, reflejando la cultura popular de los emoticonos donde (^.^) es feliz y (>.<) es enojado, dejando de lado otros movimientos faciales que en occidente utilizamos para distinguir entre emociones. Con estos datos, los investigadores proponen que la percepción de las expresiones faciales en cada observador esta modulada por su entorno social.


 Tomando esto en cuenta la próxima vez que vaya a dar un paseo por la china y en el parque un chinito me tire sus fideos en los zapatos y su mamá aparezca con un rostro de “lo siento”, mejor voy a decir “zao shang Hao” o buenos días, y me largo, para no esperar a que aparezca el marido, ya que por lo que dicen estos investigadores lo mas seguro es que en ese entorno yo no sea capaz de saber si el marido esta enojado y me vaya a terminar sacando a golpes de karate!.


Entrada colaborada por: Carlos Hernández Castillo. Doctorado en Neuroetología. Universidad Veracruzana.

1 comentario:

  1. Las investigaciones de Paul Ekman muestran resultados sólidos. En su laboratorio estudiaron las expresiones faciales de caucásicos y de asiáticos por separado, al ser a la misma vez estudiados y filmados de la misma manera y con la misma prueba para evocar emociones en una muestra estandarizada. Observaron que al ser cuestionados los caucásicos las emociones que les habían producido ciertas imágenes, éstas eran congruentes con sus expresiones faciales filmadas durante la prueba. Por lo contrario, al preguntarles a los asiáticos el sentimiento que habían sentido ante cierta imagen, era incongruente a la expresión facial filmada, expresión facial que había sido la misma vista que en el caucásico. Es decir, si el estímulo visual era transmitir miedo, el caucásico lo mostraba al ser evaluado y ser filmado sin su conocimiento, y al ser cuestionado describía que había sentido miedo ante dicha imagen. Todos los asiáticos, con los estímulos visuales de asco, enfado, o miedo, presentaron la misma conducta que los caucásicos y la correspondiente expresión facial ante el estímulo visual. Sin embargo, al ser cuestionados por el evaluador, negaban haber presentado dicha conducta. De ahí que el contexto sea diferente, pero NO la expresión facial, ya que se presentaron exactamente igual en ambos grupos ante las mismas condiciones de evaluación, con los mismos resultados. Ahora, el último artículo que contradice las investigaciones de Ekman et al. no presentaron estímulos ante situaciones para producir una reacción, una expresión facial, un sentimiento, sino era el reconocer dichas caras que no eran realmente caras, sino eran computarizadas, "morfeadas"...donde las caras de los caucásicos representan mayor nitidez en las expresiones faciales que las asiáticas (si dejamos a lado el sesgo cultural y que da supuestamente un aupa al grupo al que uno pertenece). También hay que tomar en cuenta que esos chicos asiáticos acababan de llegar de su país de origen, y por tanto es difícil para ellos adaptarse a la situación de evaluación como la que es un laboratorio en occidente (lenguaje, expresión y comprensión de la prueba, presión social o económica,etc). Me gustaría ver una replica de dicho experimento y con caras mejor morfeadas o con rostros humanos, y además no estáticos, sino dinámicos, ya que una cosa es la identificación de los rostros y el otro el movimiento de las expresiones faciales, que hoy en día se utiliza más el vídeo para darles una cierta motilidad a la expresión que se quiere evaluar en el momento debido a las dos vías diferentes que conllevan cada una (i.e. reconocimiento de caras vs. expresiones faciales). Échale un vistazo Juan al paper que le he mandado a mi amiga Sofi precisamente sobre el tema donde ella se sorprendía de esto al también haber leído el paper de Jack y Fribourg. Avisa si no lo encuentras para mandártelo por el "caralibro". Xie xie por activarme la neurona en el tema que me apasiona! Jeje! Besos! J

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